¿Por qué motivación?
Que la motivación mueve el mundo, eso lo sabemos todos. Y que no hay nada como tener motivación para emprender un proyecto también. Pero la motivación no sirve de nada si no va seguida de perseverancia, entre algunas cosas más.
Por supuesto que la motivación (al menos en mi caso) no nace de un elemento físico. Sino más bien se manifiesta a través de un comportamiento o de algo completamente ídilico. A través de sensaciones y a través de algo mucho menos mundano, pasional y artístico.
Hoy podría contaros sobre un montón de anécdotas que me han pasado desde como terminé mi máster VOGUE en fotografía de moda, hasta todo lo que he tenido que pasar, luchar y perseverar para llegar hasta poder realizar las imágenes que produzco a día de hoy.
Tal vez si echamos la vista atrás lo más importante ha sido el no darme nunca por vencido. Y es que al final lo que separa a quienes obtienen éxito del resto, no es más que la perseverancia. Por eso le dedico tantas horas, tantos días sea festivo, fin de semana… Da igual. El único camino que existe ahora mismo para mí es hacer aquello que amo.
La mente motivadora reconoce que existe un mundo de recursos que puede utilizar para su provecho, y se orienta a dinamizarlos por medio del estímulo y la inspiración.
Donde encuentro yo la motivación.
Yo, amablemente y como artista visual que ya reúne unas cuantas experiencias, siempre he sido un gran amante del cine. Y por eso hago siempre muchas referencias, de hecho me apoyo habitualmente en el mismo para inspirarme.
Por eso, recuerdo hace algún tiempo cuando yo estaba aprendiendo bajo la exigente tutela de mi maestro Rubén Suárez, que le dije:
Desde que me diste la pastilla roja de Matrix veo y entiendo mis fotografías de un modo mucho más claro y sencillo. Completamente distinto al que solía hacerlo.
Mucho menos técnico, puesto que la técnica siempre la puedes encontrar, pero la visión artística la desarrollas con experiencia.
Y ese es el camino que yo quiero seguir, el camino del Arte para realizar y mostrar mis fotografías como algo mucho más cercano a un proceso de expresión artística. A través del cual poder comunicar sentimientos y emociones plasmadas en mis imágenes. Por supuesto, ahora yo recojo el testigo y mi trabajo es hacer especiales a quienes trabajan conmigo.
Pero no todos están dispuestos a aguantar un combate cuerpo a cuerpo con sus sueños. Aunque a pesar de ello aún queda quien se aferra y se motiva, y lo que es más importante, al menos para mi. Saca tiempo, ganas y constancia para hacer que mi trabajo (y el suyo) se luzca.
Porque quizás no os habéis parado a pensar que cuando dos (o más) personas están en “armonía” unas con otras, hacen que el trabajo de ambos se eleve de calidad de una manera exponencial.
Motivación. Reflexiones Finales.
Finalmente permitirme que vuelva a insistir que este trabajo es una carrera de fondo. Y no sólo eso sino que además con obstáculos. Siempre habrá quienes quieran ponerte la zancadilla, hacerte tropezar y quienes se agarren a tu chepa cual lapas. Esperando sacar tajada del fruto de tu esfuerzo y del reconocimiento que vas adquiriendo.
Porque sí amigos, el conocimiento no crece en los árboles. Lo tiene que cultivar uno mismo y si lo haces correctamente termina por florecer de una manera preciosa. Pero tanto si te pasas, como si no llegas, esperando algo que no te pertenece nunca verás florecer nada por muchas primaveras que pasen.
Al final puede que tal vez a día de hoy hayamos perdido cierta costumbre de perseverar para conseguir nuestros objetivos.
Tal vez es porque somos esclavos de la comodidad y es más sencillo elegir el camino fácil. Y vivir de la seguridad que precede a una vida vacía, mientras renuncias a tus sueños.
Y es que, para mí, si no hay motivación, ni ganas… No hay trabajo sólo hay marionetas que se dejan llevar...
Confía en el tiempo que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
Miguel de Cervantes.
Estas fotos las realizamos en una parte del estudio que entraba la luz natural de la tarde. En un periódo máximo de 15 minutos efectivos en total de sesión.
Básicamente porque después se fue la luz…
Os enseño de nuevo estas fotos, para daros una prueba del resultado de la motivación. Estas fotos tan sencillas pero elegantes son un claro ejemplo de la “armonía” que comentábamos antes. Y no solo eso, sino además de que tanto Bea, (la modelo), como yo, (el fotógrafo), tenemos una estrecha relación profesional.
En la que ya estamos más que acostumbrados a trabajar juntos y ya conocemos uno del otro perfectamente, el estilo buscado en cada trabajo y en cada imagen. Esto se llamaría “armonía” si fuera música, o “sintonía” si fuésemos un aparato de radio… A mí me gusta llamarlo “feeling“.